Primero, ¿quién no conoce al fotógrafo Francesc Català- Roca?
No se puede entender el documentalismo español sin este hombre que se colgó una cámara al hombro a los 13 años y desde entonces ya no la soltó, para hacer algo muy distinto de lo que vio en su propia casa. Él no quería ser considerado un artista, sin enmargo la belleza de sus fotografías refleja su habilidad natural para entrar en contacto con las personas a las que fotografiaba.
Fotografía colección Obras maestras |
Buscaba captar la realidad y comunicar recorriendo España y apropiándose de ese instante que poseía más fuerza y que configura el ADN del reportaje fotográfico, el que hizo que se adelantara a las premisas de Henri Cartier-Bresson.
“Las imágenes de Català-Roca dignificaron todo lo que tocaron. No hay atisbo de condescendencia ni juicio cuando dirige su mirada a la gente humilde del campo o la ciudad. Sabe respetar la distancia exacta para narrar desde la posición de testigo."
Plasma de una de las razones por las que estar frente a las fotografías de este retratista de la realidad española sea como hacer un emocionante viaje en el tiempo. Una jovencísima Micaela Flores, La chunga, baila ante unas fábricas en Barcelona, Joan Miró trabaja abstraído, un grupo de personas desciende por las escaleras del metro de Madrid, dos señoras esperan atentas los números ganadores de la lotería, Salvador Dalí salta a la comba en 1953 en el Parc Güell.... sin duda, un magnífico retrato del siglo XX.
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